25 de julio de 2008

Elaboración del Traje de la Jarocha

Confeccionado en tonos color pastel: rosa, azul, amarillo y verde pálidos, pero que generalmente vemos en color blanco, el traje lleva por fondo un refajo completo, rejillado, tanto en la parte superior como en la inferior, alforzado recibido en un listón rojo. La falda actual es de tres olanes elaborados con organza y encajes finos que. colocados estratégicamente, pueden dar diferentes y caprichosas formas. De los elementos españoles se desprende la mantilla con encajes que se adorna por dos camafeos; se coloca un mandil elaborado en terciopelo negro, también con encaje alrededor, con flores bordadas, rosas de preferencia.

Este vestuario lleva también un rebozo de seda, cuyo color deberá hacer juego con el listón, terminado en moño, que se coloca alrededor de la trenza sobre la oreja prende con gracia y coquetería dos rosas que significan pasión, que serán colocadas de acuerdo al estado civil de la portadora ya sea del lado izquierdo, cuando se es soltera y sin compromiso, o del lado derecho, cuando ya se ha casada o está comprometida.

Y como toque de elegancia, encajado en el cabello el peinetón o cachirulo elaborada en carey y que antaño era adornada con una placa de filigrana de oro calado y piedras preciosas como las perlas, actualmente aunque son de carey, los adornos son meras imitaciones, misma que se heredaba de generación en generación.Este elegante vestido va aderezado con alhajas, aretes largos, camafeos, cadenas de oro, guardapelo, corales, y entre sus manos inquieto, como pájaro que desea volar, el abanico que se mueve al son que le quieran tocar. Entre los símbolos del traje encontramos las siete cadenas que representan los siete sacramentos, las cuales eran regaladas por la madrina, que tendría que ser la misma para todos los sacramentos. Algunas damas se colocaban también el rosario y una cintilla negra al cuello con una cruz. Sin faltar los zapatos blancos. Sin duda este hermoso traje, lleno de tradición, no deja de identificar no sólo al Sotavento sino también al Estado de Veracruz, así las jarochas vestidas con gran elegancia aparecen con su gracia innata, con su alegría sonrientes bulliciosas y bailadoras, portando el precioso vestido que con orgullo muestran en las fiestas y fandangos, que como espuma de mar rematando las olas se moverán al son del arpa, la jarana y el requinto.