25 de julio de 2008

Antecedentes del Traje de Jarocha

El traje de jarocha se remonta a la historia de los pobladores de la cuenca del Papaloapan; elegante y bello suscita comentarios de admiración siempre que aparece; puede afirmarse que ningún otro es llevado tan a gusto por las mujeres veracruzanas cuando llega la ocasión. De origen español, este hermoso atuendo evolucionó con el tiempo y se fueron, poco a poco, sustituyendo las telas obscuras y pesadas, del traje español, por otras ligeras y frescas como el organdí, la muselina y el algodón. Así poco a poco se hicieron modificaciones y cambios acorde al clima, a la vida ribereña y marítima y se torna en hermosa vestimenta tropical. En el siglo XVIII, la forma de vestir del campesino era muy sencilla, sin encajes ni vuelos. Al triunfar la Independencia, se produce un importante cambio social y económico en todo el país; es época de esplendor económico en Tlacotalpan. Comienzan a aparecer en los trajes, olanes y encajes puestos en profusión barroca.
Con esta palabra los españoles solían referirse despectivamente a los mulatos de la Cuenca del Papaloapan, infamándolos como seres inferiores. Tanto estos hombres como mujeres apenas se cubrían con pobres vestidos blancos de manta. Pero ya en el siglo pasado tales vestimentas evolucionaron y aparecieron con adornos en las fiestas típicas de Tlacotalpan, el día de la virgen de La Candelaria-por la candela usada en los barcos al navegar por las noches-, desde entonces el traje jarocho irrumpe en los salones como el vestido característico de la pintoresca región. Desde ahí lo introdujo a la ciudad de México don Germán Uscanga, llevando conjuntos de música y compositores, de rápida inspiración, para referirse a la concurrencia con alarde de gracia e ingenio y en ocasiones de agravios que allá, en el campo, solían concluir a filo de machete.
El traje tradicional de la mujer del Sotavento veracruzano, sin duda, ha evolucionado. A principios de la época colonial en México, las familias españolas se fueron estableciendo en diferentes regiones de nuestro Estado, sobre todo en el puerto de Veracruz, y en el Sotavento (Cosamaloapan, Alvarado, Tlacotalpan y Los Tuxtlas). Por consecuencia lógica, conservaron gran parte de sus tradiciones y fiestas en las que se incluía, además de la comida, la música y el vestuario.El traje de la valenciana, sobre todos, influyó grandemente en las maneras de confeccionar el que llegaría a ser el traje de jarocha. En Tlacotalpan, por poner un ejemplo, el traje es símbolo de identidad y reviste gran importancia social y familiar
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El antiquisimo Traje Blanco


Tal costumbre aún la conservan las tribus totonacas del norte del Estado. Este colorsiempre ha sido considerado como representativo de la luz solar y de la purificación. Por ello era usado por quienes trataban de seguir las sabias enseñanzas de realizar el verdadero perfeccionamiento humano.Este vestido, hasta hace pocos años, lo portaban todos los campesinos de México, que en general respetaban vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza, como levantarse al salir el sol y acostarse cuando éste se ponía; comer y beber frugalmente; bañarse diario en agua fría; realizar ritos de tipo cosmogónico tratando de aprovechar lo que ellos consideraban influencias astronómicas favorables, se curaban con plantas medicinales y con baños de vapor ó temazcal, y guardaban absoluto silencio sobre el significado de sus milenarias tradiciones.El vestido blanco con lino fue usado por los antiguos iniciados de Egipto, y aún así lo usan los árabes, los hindúes y otros muchos pueblos más.

Elaboración del Traje de la Jarocha

Confeccionado en tonos color pastel: rosa, azul, amarillo y verde pálidos, pero que generalmente vemos en color blanco, el traje lleva por fondo un refajo completo, rejillado, tanto en la parte superior como en la inferior, alforzado recibido en un listón rojo. La falda actual es de tres olanes elaborados con organza y encajes finos que. colocados estratégicamente, pueden dar diferentes y caprichosas formas. De los elementos españoles se desprende la mantilla con encajes que se adorna por dos camafeos; se coloca un mandil elaborado en terciopelo negro, también con encaje alrededor, con flores bordadas, rosas de preferencia.

Este vestuario lleva también un rebozo de seda, cuyo color deberá hacer juego con el listón, terminado en moño, que se coloca alrededor de la trenza sobre la oreja prende con gracia y coquetería dos rosas que significan pasión, que serán colocadas de acuerdo al estado civil de la portadora ya sea del lado izquierdo, cuando se es soltera y sin compromiso, o del lado derecho, cuando ya se ha casada o está comprometida.

Y como toque de elegancia, encajado en el cabello el peinetón o cachirulo elaborada en carey y que antaño era adornada con una placa de filigrana de oro calado y piedras preciosas como las perlas, actualmente aunque son de carey, los adornos son meras imitaciones, misma que se heredaba de generación en generación.Este elegante vestido va aderezado con alhajas, aretes largos, camafeos, cadenas de oro, guardapelo, corales, y entre sus manos inquieto, como pájaro que desea volar, el abanico que se mueve al son que le quieran tocar. Entre los símbolos del traje encontramos las siete cadenas que representan los siete sacramentos, las cuales eran regaladas por la madrina, que tendría que ser la misma para todos los sacramentos. Algunas damas se colocaban también el rosario y una cintilla negra al cuello con una cruz. Sin faltar los zapatos blancos. Sin duda este hermoso traje, lleno de tradición, no deja de identificar no sólo al Sotavento sino también al Estado de Veracruz, así las jarochas vestidas con gran elegancia aparecen con su gracia innata, con su alegría sonrientes bulliciosas y bailadoras, portando el precioso vestido que con orgullo muestran en las fiestas y fandangos, que como espuma de mar rematando las olas se moverán al son del arpa, la jarana y el requinto.